Hay veces que uno se tiene que rendir ante ellos.
Hay veces que desearía que tuviera un botón de encendido y apagado.
Hay veces que miro su espalda deseando que tenga un regulador del
volumen.
Hay veces que me levanto en mitad de la noche maldiciendo al cabezón que
llego al ovulo.
Hay muchas veces, pero a veces, llega ella, y sin motivo alguno me mira y me sonríe,
¡ay amigos!, esa vez, ese segundo, es el océano y las demás veces, solo
peces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario