Era una noche fría de Noviembre cuando saltaron las alarmas, la jefa al
mando me miro a los ojos y me dijo - Es tu momento cadete. Y así fue, me había
preparado en la academia durante nueve meses, sabía que podía hacerlo, sabía
que tenía que hacerlo, después de esta, vendrían muchas más.
Me puse manos a la obra, guantes, escafandra, gafas de soldador, equipo de protección
individual, botas katiuskas, tijeras, cinta aislante, súper glue y un pequeño Einstein
cabezudo que siempre me ha traído suerte.
Las gotas de sudor me caían por la frente lentamente, los latidos del corazón
retumbaban en mi pecho, la concentración era absoluta, se podía oler la tensión,
unas palabras de ánimo susurradas al oído me tranquilizaron, estaba a punto de
terminar, solo faltaba conectar el ultimo anclaje.
¡¡¡Si señor, primer pañal cambiado, soy un fenómeno!!!
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