miércoles, 20 de enero de 2016

Pequeñas dosis de amor


Tocaba madrugar, el día pintaba mal. ¿Por qué me despiertan a estas horas y me visten para salir a la calle? Puse mis sentidos en marcha y empecé a absorber toda la información, mamá y papá estaban muy cariñosos conmigo, pero eso no es novedad, soy tan mona...
El olor no era distinto al de cualquier otra mañana, el pañal no engaña.
Lo que si me llamo la atención fueron las nuevas palabras que escuchaba, vacuna, dolor, ¿Que querrán decir? ¿Sera un juguete nuevo?
Me eche mi tradicional siesta en el coche y cuando paramos, levante la vista y vi un edificio grande, me sonaba de algo, un recuerdo lejano. Aquí ya había estado.

¡No me toques con esas manos! ¡Por Dios, que frías!

Ojala ese hubiera sido el peor de los recuerdos de esa mañana, pero no. Mamá comenzó a cambiar su cara, a abrazarme con fuerza contra su pecho, incluso comenzó a darme un aperitivo matutino.

- Esto huele mal, y no soy yo.

La cara desencajada, las lágrimas al borde del abismo, un dolor penetrante que recorría todo el cuerpo.
Fue tanta la impresión que me lleve de ver así a mi madre que tuve que empezar a llorar desconsolada para ver si reaccionaba. Me habían dado tres pinchacitos a mí y era mi madre la que sufría como si la hubiera arrancado un brazo.
Eso sí, no pude evitar dejar mi tarjeta de visita, un pequeño regalo al señor de la bata. Ahí te lo dejo



Aprovecho la ocasión para felicitar desde aquí a Papa 2.0`s por el lanzamiento de su libro con sus magníficas viñetas

https://es-es.facebook.com/papa2.0s

martes, 5 de enero de 2016

Dos meses



Dos meses ya, quien me lo iba a decir a mí, y aun parece que me quiere, a pesar de todas las trastadas que la hago, lo mal que la visto, la de toallitas que gasto para limpiarla y lo más importante de todo, que no soy la de la teta.

Unos 500 pañales después, 75 vómitos, muchas noches en vela y muchos litros de baba derramada puedo decir, que esto de ser un padre en apuros esta genial.
Aunque seguimos buscando el “modo avión” para las noches, he de reconocer que, cada vez lo llevamos mejor
Nos empieza a dar pistas sobre lo que la pasa, si esta sucia llora, si tiene hambre llora, si tienes gases llora, ahora, como tenga sueño y no pueda dormirse…no llora, revienta por dentro.
Lo que todavía no tengo asumido es que una cosa tan pequeña pueda tirarse unos pedos tan grandes, a veces miro a su madre incrédulo, me señala con el índice a la niña y me llevo las manos a la cabeza, estoy casi seguro de que en más de una ocasión aprovecha para dejar caer alguno la mami…
Es como si una persona mayor se apoderara del cuerpo de mi hija y diera rienda suelta a la emisión de gases contaminantes, si, contaminantes, si tienes suerte y no la tienes en brazos no sufrirás su onda expansiva pero seguro que tu zona cortical recibirá a través de tu nariz un crochet directo.

Nos vemos pronto



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